Mucho se habla sobre como varios países asiáticos ha logrado contener la expansión de la pandemia a través del seguimiento de los ciudadanos, con sistemas de rastreo de celulares, pero ello se logra a través de la pérdida de libertades individuales, ello no es posible en países occidentales dado el reconocimiento constitucional de la protección de la privacidad de las personas y otras diferencias culturales. Sin embargo, recientemente la noticia de la iniciativa conjunta de Apple y Google para desarrollar una herramienta de contact tracing y colaborar en el seguimiento del Covid 19 genera un interés a las personas, cómo va a funcionar, a qué acceso de información tendrá de las personas.

El profesor Enrique Dans explica que el contact tracing tiene sentido para interrumpir la transmisión y reducir la propagación de la enfermedad, para alertar a los contactos sobre la posibilidad de infección y ofrecer asesoramiento preventivo o atención, para ofrecer diagnóstico, asesoramiento y tratamiento a personas ya infectadas, o para investigar la epidemiología de una enfermedad en una población concreta.

El tema que se nos plantea es si bien estas empresas buscan generar un mecanismos para identificar a las personas infectadas se ¿se resguarda efectivamente la privacidad? Es difícil sostenerlo cuando la geolocalización está operativa en millones de celulares y muchos no saben apagarla o lo desconocen, por lo tanto, se informa de su ubicación con exactitud. Por otra parte, la protección de datos en salud es algo que en nuestro país nos hemos trabajado de manera efectiva, tanto por desconocimiento como por falta de mayor regulación. Es un tema desafiante para nuestro país y también para el derecho como para la ciberseguridad que tiene que preocuparse de resguardar los datos.