Quien lo iba a creer, que nuestro país llegara a tener TLC con diversos países y más un fuera de los primeros países en firma acuerdos de libre comercio con los principales países asíaticos como Corea del Sur, Japón, China e India. Es importante destacar que Chile es el primer país sudamericano en asociarse con Japón, la segunda economía del mundo. Con ello, nuestro país se convierte, además, en la nación más integrada a la economía mundial, con un acceso preferencial al 86% del PIB mundial, considerando los acuerdos con Estados Unidos y la Unión Europea, es decir, con acceso a un mercado de 3.880 millones de personas, correspondiente al 60% de la población del mundo. El último es el acuerdo Chile – Japón que entrará en vigencia el próximo 3 de septiembre, fecha en que la Presidenta iniciará una Visita Oficial de trabajo a Tokio, Japón, acompañada por una importante delegación política y empresarial. Asimismo, ese viaje se enmarca en la celebración de los 110 años de relaciones bilaterales, que se iniciaron en 1897, con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación.
Japón es nuestro tercer socio comercial, después de Estados Unidos y China, siendo el destino del 33,4% de las exportaciones chilenas al mundo durante el 2006. Por ello, el nuevo TLC significa la consolidación de la economía chilena como plataforma productiva y de negocios en América del Sur respecto del Asia-Pacífico, donde se integran también los acuerdos firmados con China, Corea del Sur y el llamado P4, que componen Nueva Zelanda, Brunei, Singapur y Chile.
Si vemos las características de estos países nos daremos cuenta que son principalmente países compradores de recursos naturales, cobre, madera, frutas. Cómo país se nos hace necesario plantearnos ante los desafíos de formar capital avanzado con la finalidad de romper la tradición de envío de productos de sólo recursos naturales, debemos incorporar mayor valor a nuestros productos para generar mayor competitividad en el mercado, no podemos estar sujetos a una dependencia de los valores de los productos en el mercado internacional. En Chile sólo el 2%de la población maneja el inglés a nivel comunicacional. Tenemos la ventaja que el Sistema del Educación Superior está aumentando en la cobertura, pero el crecimiento se está dando en las carreras universitarias tradicionales en perjuicio de carreras cortas que permitan a las personas insertarse rápidamente en el mercado laboral como son las carreras técnicas de nivel superior, donde carreras de 2 años y medio les permite a las personas adquirir competencias funcionales de empleabildiad y específicas para ingresar en forma calificada al mercado laboral. De hecho tenemos en nuestro país una necesidad de técnicos informáticos que tengan no solo competencias de especialidad sino que también competencias de empleabilidad como competencias blandas que les permita adaptarse al cambiante escenario del mercado laboral.
Desde mi punto de vista la tecnología puede ser una importante herramienta para generar mayor valor a nuestros productos ya que podemos comenzar a explorar la prestación de servicios a estos países que van desde sistemas de comercio exterior para apoyar la aportación e importación hacia países que Chile tiene TLC y servicios de naturaleza profesional que aportan también un mayor valor a la exportación. Sin embargo, para ello necesitamos tener profesores que en colegios, universidades, institutos y centros de formación técnica adecuados al contexto global que estamos viviendo.