Mas vale prevenir que lamentar. Ese dicho lo he escuchado muchas veces, el problema es que en mi profesión se escucha más como un consejo reiterado que no se aplica. En materia de derecho de la empresa siempre es buen realizar un análisis exhaustivo de los contratos, patrimonio, créditos, deudas, aspectos tributarios, laborales, así como toda contingencia que pueda afectar a la compañía y sus activos. El objetivo de este proceso radica en determinar la posición en la cual se encuentra una determinada empresa a nivel de cumplimiento del marco legal y regulatorio. Acto seguido, se trata de establecer las contingencias que afectan a la empresa y cada uno de sus activos, de forma de asignarle valor a cada una de éstas y proponer soluciones para mejorar en aquellos puntos que sean pertinentes.
En estas materias es relevante que las empresas pequeñas y medianas tiendan a realizar en forma continua procesos de orden legal, una auditoría legal les permitirá hacer frente a las próximas reformas legales, por ejemplo, la laboral, adecuarse a las exigencias también administrativas que de ellas derive. Esto trae beneficios, como el estar preparado de mejor manera para acceder al crédito o evitar acciones fraudulentas dentro de la organización. Algunos hablar de poder generar un Balance Scoredcard, es decir un tablero de mando legal que contenga los principales ítem relevantes para la empresa, como son la constitución de sociedades, mandatos y escrituras vigentes, contratos de trabajo o de prestación de servicios, propiedad intelectual e industrial, entre otros.