Pymes a romper el miedo de vender por internet

Se han creado pasarelas de pago a través de internet que permiten asegurar las transacciones comerciales con las tarjetas de crédito para que el usuario – comprador esté tranquilo y sepa que su dinero llegará donde él ha decidido que debe llegar, se ha elevado al cubo la seguridad del banco emisor para la comprobación de identidades de las tarjetas de crédito, pero muy poca gente (apenas nadie) habla del comercio vendedor. Cuáles son las garantías que tiene el comercio, el vendedor online, de que la operación mediante tarjeta de crédito llegue a buen fin.Las ventas a través de internet ofrecen a menudo garantías de precios inferiores debido a los relativamente menores costes estructurales de origen respecto al comercio tradicional. Un planteamiento a priori convincente pero, en el fondo y analizando costes reales, seguramente erróneo aunque eso sería cuestion de otro artículo.

Los motivos que impulsan al usuario de internet a comprar a través de la red, son muchos y variados, según un estudio realizado, se deducen las conclusiones de que en España, se realizan las compras a traves de internet para evitar visitar más de una tienda tradicional, como punto de referencia en precios, por ubicación geográfica, es decir, un usuario de una población alejada de un gran núcleo urbano, tiene menos posibilidades de comparar precio – calidad y servicio y primero usa la red para posteriormente decidir dónde quiere adquirir el producto. Muchos compran, pagan con tarjeta de crédito y a los pocos días reciben el material en su domicilio.¿Qué ocurre cuando el cliente paga con tarjeta de crédito, recibe el material y al cabo de unos días, cuando el comercio espera recibir el abono de la venta en su cuenta bancaria, se encuentra con que la entidad financiera no realiza el abono? Contacta con su banco y la transacción se efectuó con una tarjeta robada, falsa, falsificada, poseedora de una numeración que no se corresponde con el titular y que, además, la entidad emisora de la tarjeta no ha detectado ninguna denuncia previa y la transacción ha sido formalizada, por lo tanto, el material ha sido entregado.

Las entidades emisoras de las tarjetas de crédito son únicamente impresoras de un trozo de plástico con incrustaciones de letras, números y colorines, que venden su tecnología al banco que a su vez revende el servicio al usuario, asociado a su cuenta.Siempre escuchamos que hay que proteger al más débil y, en este caso, el comercio es, junto con el usuario, el mas débil.Los datafonos de las empresas emisoras de tarjetas de crédito validan cualquier operación realizada con cualquier tarjeta de crédito que sea vigente, pero atención, pongamos por caso que la tarjeta de crédito ha sido robada y que el propietario no se ha dado cuenta o no ha podido notificar a la entidad la baja de la tarjeta. Supongamos que con esa tarjeta de crédito se realiza una compra a través de internet y que el comercio valida la operación porque la pasarela de pago valida a su vez la operación.

El propietario de la tarjeta, denuncia el robo al cabo de unos días pero recibe el cargo de la compra efectuada con su tarjeta de crédito, que él mismo nunca ha realizado. Se dirige a su banco, solicita la firma del documento de recepción con la entidad y no existe porque se trata de una operación realizada a través de internet. Ya que ha tenido que haber envio físico del material, solicita copia del albaran de entrega y después de un tiempo recibe el documento, comprueba que no se corresponde con sus datos y da instrucciones a su entidad bancaria para que procedan a anular el cargo de su tarjeta de crédito. Hasta este punto, el comercio – presuponiendo siempre que la venta ha sido realizada por un comercio 100% fiable, seguro y local, a través de internet – ha proporcionado toda la documentación necesaria a petición de la entidad emisora de la tarjeta de crédito. Y a partir del momento en que el cliente solicita la retrocesión del cargo, es el comercio quien se ve afectado ya que ese importe le será retrocedido del abono realizado en el momento de la venta, por parte de la entidad bancaria. El comercio no puede reclamar a nadie más que al receptor de la mercancía, si existe, podrá dialogar, pero en la mayoría de casos no existe y nunca encontrará rastro para definir la identidad del supuesto comprador.He puesto un ejemplo realizado con una supuesta tarjeta de crédito extraviada o robada, pero existen en el mundo redes muy bien organizadas cuya única y muy lucrativa actividad es comercializar con datos de tarjetas de crédito y venderlos para ser usados realizando, entre otras muchas opciones, actividades como la descrita anteriormente.
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