Mejorar la resiliencia en ciberseguridad.

Para mejorar la resiliencia ante ciberamenazas, las organizaciones deben adoptar una estrategia de segmentación de redes. Este enfoque divide la infraestructura en diferentes segmentos, lo que limita el movimiento lateral de los atacantes en caso de una brecha de seguridad. Al separar sistemas críticos de redes menos sensibles, se reduce el riesgo de que una intrusión afecte a toda la operación. Además, la segmentación permite aplicar políticas de seguridad personalizadas para cada segmento, reforzando la protección de los datos más sensibles. Las organizaciones deben integrar este enfoque con un sistema de detección y prevención de intrusiones que monitoreen el tráfico en todos los segmentos.

Otra medida crucial es la actualización constante de los sistemas de autenticación, con el objetivo de incorporar tecnologías avanzadas como la autenticación biométrica y el uso de tokens de seguridad. Estas herramientas fortalecen el control de acceso y reducen la dependencia de contraseñas, que a menudo son vulnerables a ataques de ingeniería social. Complementariamente, es fundamental que las organizaciones adopten una política de autenticación adaptativa, ajustando el nivel de seguridad en función de la sensibilidad de la información solicitada o del comportamiento anómalo detectado en los usuarios. Esta combinación de tecnologías proporciona un nivel adicional de seguridad ante intentos de acceso no autorizado.

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