Cuando trabajé en cargos directivos en instituciones de educación superior uno de los temas que me llamaba la atención era la gestión de las plataformas y uno de los desafíos que tendrán las instituciones es la protección de datos personales.

Las instituciones manejan una gran cantidad de información sensible, que incluye no solo datos personales de estudiantes y empleados, sino también investigaciones académicas, de salud y datos financieros, entre otros.

La protección de estos datos es crucial, ya que cualquier brecha puede tener consecuencias devastadoras, como el robo de identidad, la pérdida de propiedad intelectual y el daño a la reputación de la institución.

Además, con la implementación de regulaciones coma la futura ley de Protección de datos en Chile y otras a nivel global obliga a que las instituciones de educación superior cumplan con requisitos legales para proteger la privacidad de los datos, lo que agrega otra capa de complejidad a sus esfuerzos de ciberseguridad. La diversidad de dispositivos y el acceso remoto son factores adicionales que complican el panorama de la ciberseguridad en las instituciones de educación superior.

Las redes educativas a menudo son menos seguras que las corporativas, debido a su necesidad de mantener el acceso abierto y flexible para la comunidad académica. Esta situación crea un equilibrio delicado entre la accesibilidad y la seguridad, donde las instituciones deben implementar medidas que protejan los datos sin obstaculizar la experiencia educativa.

Otro aspecto crítico es la falta de recursos dedicados y personal especializado en ciberseguridad dentro de las instituciones educativas. Muchas universidades y colegios no cuentan con los mismos niveles de inversión en seguridad que las organizaciones comerciales. Esto puede llevar a brechas en ciberseguridad.

La formación y la concienciación en ciberseguridad para estudiantes y personal son esenciales, pero a menudo se pasan por alto debido a la escasez de recursos. Sin una estrategia integral de ciberseguridad y una cultura de seguridad bien establecida, las instituciones corren el riesgo de quedar expuestas a ataques cibernéticos que pueden comprometer su operación y la confianza de su comunidad.

hashtag#Institucioneseducaciónsuperior pueden beneficiarse enormemente de alianzas con proveedores de tecnología y de la participación en redes de ciberseguridad, donde pueden acceder a recursos y conocimientos que no podrían obtener por sí solas.