Hace unos días escribimos sobre el tema del cumplimiento en el tercer sector y claro las corporaciones y fundaciones también están consideradas allí y que su junta directiva también tiene responsabilidades por lo que le compete el tomar acciones para resguardar el interés de la institución.
Si uno analiza cuáles son los riesgos a que están expuestas las fundaciones y corporaciones veremos diversas situaciones, la gran mayoría aborda necesidades sociales o humanitarias. Estas causas pueden ser diversas y van desde la promoción de la salud, la cultura, la educación, el arte, el deporte o la paz, hasta la protección de la naturaleza, el respeto de los derechos humanos o la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad, entre otras.
Estas organizaciones en general trabajan para alcanzar sus fines a través de la sensibilización y la denuncia, así como de la captación de fondos para la ejecución de sus proyectos, esto puede ocurrir en Chile como en otros países en los que operen. Asimismo, dentro del tercer sector también se encuentran aquellas entidades de la economía social, como cooperativas, mutualidades, asociaciones, que persiguen una economía solidaria. Por tanto, y resumiendo mucho, los problemas más graves que puede sufrir una organización de este tipo se pueden agrupar en tres grandes temáticas: La escasez de fondos económicos. La ejecución inadecuada de proyectos. El descenso de voluntarios/as, activistas y seguidores/as que apoyen su causa.
Estas instituciones están en una constante búsqueda de recursos tanto privados como públicos. En el caso de los financiamiento privados muchas de estas instituciones gozan de ventajas tributarias con los correspondiente descuentos para sus donantes, incluso tienen la facultad para emitir certificados de donación (foliados por el Servicios de Impuestos Internos) el uso incorrecto de esos documentos expone a las organizaciones en el caso de un abuso por parte de sus colaboradores. De allí la necesidad de acotar los riesgos es un requerimiento en el actuar de estas instituciones. La gestión de riesgos puede ser una herramienta fundamental, porque ayuda a que esos objetivos y esos procesos se desarrollen adecuadamente. Al ser capaz de predecir eventos negativos que aún no han ocurrido, podría evitar que se ponga en peligro la realización de las actividades referidas a esos objetivos y procesos. Estas instituciones también están expuestas a situaciones de caos laboral, sexual o incluso quedan expuestas a ataques informáticos a sus sistemas y es necesario un actuar diligente para tomar las medidas de control adecuadas para evitar estas situaciones.