No se puede dejar de pensar en los efectos directos y también indirectos que está generando esta pandemia. Es una realidad que la cuarentena obligatoria para unos y voluntaria para otros está redibujando la forma en que nos movemos en nuestro día a día. La economía, el derecho y el mundo de los negocios no están fuera de este nuevo orden en el que nos encontramos.

Las tendencias nos señalan que el entorno es más líquido, la empresa que habían avanzado en la implementación de la transformación digital lo tuvieron más sencillo y pudieron avanzar rápidamente en la entrega de sus servicios y operaciones, otras recién lo están implementando. Por lo tanto, post pandemia, las empresas continuarán con la transformación digital, se deberán concluir esos procesos para aplanar la estructura de las organizaciones.

La superabundancia de equipos móviles y tablet, la conectividad permanente es una realidad que llegó para instalarse, ya no se asociación con la generación Z o la de los millenials, será una realidad permanente en nuestras formas de trabajar. Por otra parte, las actividades no se miden por las horas de trabajo sino por el logro de los objetivos requeridos.

Las empresas deben comprender que la tecnología es una importante herramienta de apoyo, de continuidad de negocios y de operaciones, por lo tanto hay que empezar a gestionar y administrar la complejidad, debemos estar atentos a las crisis que vienen y debemos ser capaces de enfrentarla anticipadamente, lo único cierto que tenemos es que volveremos a vivir una crisis, no sabemos si será sanitaria, política, natural, pero habrán crisis esa es nueva nueva realidad.