Hemos visto que recientemente ha aparecido una noticia que señala que el jueves pasado el grupo de hackers Lulz Security Perú (@LulzSecPeru) anunció a través de su cuenta de Twitter que hackeó a la Fuerza Área de Chile (FACH) y “liberó” cientos de correos electrónicos.
El ataque evidenció una debilidad en el sistema de ciberseguridad de la FACH. La información corresponde a dos cuentas de correos electrónicos. La primera es del Departamento de Pasaportes y Visas y contiene datos privados (Rut, fechas de nacimiento, estado civil, entre otras) de funcionarios de la institución y de sus familiares.
La segunda son los correos del Departamento de Administración de Contratos del Comando de Logística y contienen una serie de negociaciones y contratos de la FACH para la adquisición de misiles, sistemas de radares y aviones, entre otros productos.
Consultados por el ataque, desde la FACH dicen que “efectivamente entre mayo y junio de 2013 se detectó que dos casillas de correo institucional fueron vulneradas, para lo cual se adoptaron inmediatamente las medidas de seguridad informática pertinentes”. Además, aseguraron que “este hecho puntual, no significó una vulneración a la seguridad nacional, tras lo cual se han mantenido los máximos estándares en materia de seguridad informática”. Finalmente, agregaron que los sistemas de correos funcionan con total normalidad, “bajo estrictos parámetros de fiscalización y los debidos resguardos de los sistemas de protección informática, que permiten alertarnos sobre acciones de esta naturaleza”.
Este tema no es menor, aun nuestros organismos de públicos no están preparados para hacer frente a las amanezas de otros países o de terceros en la vulneración y acceso a los sistemas de información. Chile debe adecuar su estructura de manera preventiva generando organismos preparados técnicamente para hacer frente al ciber espionaje, pero no será fácil, pues la estructura de nuestro Estado es compleja y requiere de diversas adecuaciones tanto técnicas, como jurídicas para prepararnos al contexto del S. XXI.
Fuente. El Mostrador