Según los resultado de la última encuesta de innovación en Chile en su quinta versión, la mayoría de las empresas locales es poco innovadora o tiene un nivel bajo de implementación de innovaciones tecnológicas esto es referente a la creación de nuevos productos, procesos o servicios. De las compañías analizadas en el informe casi el 68% no había desarrollado ningún tipo de innovación en los últimos años. Parte de la explicación de estos resultados se debe a la estructura de la empresa Chilena, se considera que ella es muy tradicional y además, los estilos gerenciales son poco motivados por la innovación.
Si se analiza el contexto las empresas consideran que la innovación es fundamental para su desarrollo y competitividad, pero según el estudio sólo el 33% de las empresas nacionales son consideradas innovadoras. La gestión de los equipos gerenciales en materia de innovación genera la fuga de las personas relevantes desde las organizaciones, por tanto, existe un mal manejo de los emprendedores internos y la intolerancia a los errores son prácticas comunes entre las empresas chilenas que impactan en el impulso innovador que tienen que desarrollar las empresas. Las estructuras organizacionales son funcionales y la colaboración entre las distintas áreas es difícil ya que no existe gran comunicación y porque están divididas por sus áreas de trabajo, y la innovación tienen relación directa con el proceso colectivo.
Otro problema con que se encuentran las empresas es que la capacidad de innovación, la curiosidad intelectual y la creatividad no son preponderantes al evaluar el ascenso de las personas, tampoco son competencias requeridas por las empresas, un tema que me ha llamado la atención es que los programas de MBA están orientados más a la creación de gerentes que a formar emprendedores. Este tema se ve en que los niveles gerenciales castigan los errores y para innovar hay que equivocarse.
