Los necesidad de reglamentar la propiedad intelectual del software. Protegerlo, pero con excepciones. Como la ingeniería inversa: investigar los programas a partir de su estado final, desentrañando su funcionamiento con el fin de crear nuevos programas que sean compatibles, “interoperables”. “Si una compañía dominante no proporciona la información necesaria para que exista la interoperabilidad, es importante que las otras compañías tengan la libertad para usar la ingeniería inversa”, afirmó Vinje.
Thomas Vinje sugiere que se debe insistir en que “cualquier software adquirido por organismos gubernamentales tenga estándares abiertos, asegurando que diferentes proveedores puedan ofrecer sus productos, fomentando la competencia”. Además, crear excepciones legales que permitan la existencia de la ingeniería inversa. Y aplicar la ley de libre competencia, al igual que la UE hizo con Microsoft, “para que entregue la información que no se puede conocer por ingeniería inversa”.
Por su parte, Zuck cree que es dañina la intervención de los gobiernos. “Regular los estándares libres es muy peligroso, porque generaría un denominador común menor. Todo lo que hace especial a un programa dejaría de existir.
Independiente de las postura que tenían los expositores no podemos dejar de lado que el generar discusión en estas materias en nuestro país hace muy bien, no somos una país en que nos caracterizamo por ser desarrolladores de sistemas operativos y somos un exportador de software, más bien adaptamos pero tenemos que forzarnos a generar discusión y análisis en esta materia si queremos avanzar en la sociedad de la información en que vivimos hoy, nuestro marco jurídico debe adecuarse a los nuevos tiempo y debe ser sumamente bien estudiadas las próximas reformas, en particular el proyecto de ley que modifica la Ley de propiedad intelectual y que actualmente se encuentra en el segundo trámite constitucional.