En la prensa- El Mercurio y también en las noticias de ayer en Chilevisión – ha aparecido como una pareja que robaba claves de usuarios desde una cibercafé en el aeropuerto, las claves secretas las obtuvieron de los viajeros que utilizan el cibercafé de vuelos nacionales del aeropuerto Arturo Merino Benítez, gracias a un software que “pirateaba” los datos. La pareja era integrada por un ingeniero y una mujer, quienes en dos computadores habían abierto un centenar de páginas para transferir a sus depósitos personales cerca de $20 millones desde cuentas corrientes de terceros.
Me llama la atención el modus operandi ya que hace tres meses se instaló un programa espía en el cibercafé de Telefónica Chile ubicado en el recinto de vuelos nacionales del aeropuerto Merino Benítez, destinado a grabar las cuentas corrientes y claves secretas de los pasajeros que efectúan operaciones bancarias por internet (fuente: El Mercurio). Luego recuperaba los datos desde otro computador remoto, elegía las cuentas y efectuaba los traspasos de fondos. ¿Acaso el proveedor del servicio no tendría un sistema de mantención? ¿ acaso no tiene un antivirus actualizado? ¿cuál debe ser la responsabilidad del proveedor de un servicio de esta naturaleza?
¿Cuáles son las obligaciones de un proveedor según la ley del Consumidor? Me parece que en esta caso el proveedor debe entregar la confianza y la seguridad necesaria para utilizar estos equipos y por tanto, debe tomar los resguardos correspondientes para mantener un servicio acorde a lo ofrecido, ¿ habría explicitado los términos, condiciones y modalidades conforme a las cuales se hubiere ofrecido la prestación del servicio?, todo es tema de prueba.
Lo cierto es que los diversos usuarios se arriesgan al utilizar estos servicios para compras o uso del e-banking y las personas deben tomar los resguardos debido para no acceder a computadores en lugares desconocidos. Pero por otra parte, no se puede desconocer que si una empresa establecida, con recursos suficientes no sea capaz de mantener sus equipos libres de cualquier virus informático o programas ajenos a los que ofrece. La empresa se desliga de la responsabilidad diciendo que no revisa las páginas de los usuarios, pero ¿no estaría el programa instalado el equipo computacional? ¿acaso el mantener un terminal libre de virus y spyware no es responsabilidad de quien ofrece el servicios, o acaso esos computadores no están con el correcto mantenimiento? Estas son algunas interrogantes que se me presentan al leer las noticias sobre el caso en cuestión.
Este tipo de acciones hace necesario volver a insistir en realizar una campaña de seguridad informática para los usuarios en Chile.