Quiero compartir con ustedes un post del profesor Enrique Dans que hace en su blog, el tema en esta ocasión es la decisión del Gobierno Japonés de adoptar linux con el fin específico de reducir la dependencia de un solo proveedor y convierten al open soruce en un elemento estratégico en su desarrollo tecnológico.
El gobierno japonés anuncia la adopción de Linux con el fin específico de reducir la dependencia de un solo proveedor, y convierte Linux y el open source en una prioridad de cara a todas sus adquisiciones de tecnología. La decisión, que se encuadra en un programa de inversiones de más de diez mil millones de dólares en sistemas de información durante el año fiscal de 2007 que comenzará en Julio, ha provocado que empresas como Dell, Hewlett Packard, Hitachi, IBM, NEC y Oracle se agrupen en un consorcio para desarrollar y vender ordenadores y servidores basados en Linux para el mercado japonés. La distribución escogida permanece aún por determinar.
La cuestión me resulta interesante por lo que parece tener de tendencia: no sólo veo este tipo de noticias cada vez en más países, sino que me voy encontrando también algunas grandes compañías con las que trabajo que realizan apuestas claras, inequívocas y contundentes por el desarrollo de aplicaciones mediante software de código abierto. Mientras, en mi tierra, Galicia, una Xunta “que no se sabe si sube o si baja” negocia con Microsoft para introducir más productos de la empresa en las aulas de enseñanza, bajo la falaz premisa de Rosa García, Presidenta de Microsoft, que se atreve a afirmar nada menos que “el uso de software libre en las aulas limita las posibilidades de los alumnos de tener éxito en el mundo laboral”. Una premisa total y absolutamente falsa, algo de lo que puedo dar fe desde mi posición de profesor en una escuela de negocios en permanente contacto con el mercado laboral. Primero, porque no se trata de compartimentos estancos: mientras el usuario medio de Microsoft suele ser una persona cautiva de dichos sistemas, que intentan encerrar al mismo en incompatibilidades destinadas a construir barreras, el usuario de software libre no suele tener ningún problema para utilizar programas de Microsoft. Segundo, porque un número creciente de empresas se interesan por el software libre, de manera que el tener conocimientos del mismo se empieza a convertir precisamente en lo contrario de lo que menciona Rosa García: en un atractivo más del candidato, en un incentivo diferencial de cara a la contratación.
La cuestión me resulta interesante por lo que parece tener de tendencia: no sólo veo este tipo de noticias cada vez en más países, sino que me voy encontrando también algunas grandes compañías con las que trabajo que realizan apuestas claras, inequívocas y contundentes por el desarrollo de aplicaciones mediante software de código abierto. Mientras, en mi tierra, Galicia, una Xunta “que no se sabe si sube o si baja” negocia con Microsoft para introducir más productos de la empresa en las aulas de enseñanza, bajo la falaz premisa de Rosa García, Presidenta de Microsoft, que se atreve a afirmar nada menos que “el uso de software libre en las aulas limita las posibilidades de los alumnos de tener éxito en el mundo laboral”. Una premisa total y absolutamente falsa, algo de lo que puedo dar fe desde mi posición de profesor en una escuela de negocios en permanente contacto con el mercado laboral. Primero, porque no se trata de compartimentos estancos: mientras el usuario medio de Microsoft suele ser una persona cautiva de dichos sistemas, que intentan encerrar al mismo en incompatibilidades destinadas a construir barreras, el usuario de software libre no suele tener ningún problema para utilizar programas de Microsoft. Segundo, porque un número creciente de empresas se interesan por el software libre, de manera que el tener conocimientos del mismo se empieza a convertir precisamente en lo contrario de lo que menciona Rosa García: en un atractivo más del candidato, en un incentivo diferencial de cara a la contratación.