El cheque aún se mantiene con vida, a pesar de que el número de documentos presentados a cobro bajó de 324 millones en 1998 a 276 millones en 2005.Según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), en 2000, el 88% de las transacciones se hacía con cheque, el 11% con tarjeta de crédito y 1% con débito, mientras que el año pasado, “sólo” el 70% de las operaciones se realizaron con este documento.
Uno de los factores que ha llevado a preferir las tarjetas de débito y las transacciones electrónicas es el hecho de que, a diferencia del cheque, los riesgos de robo y falsificación son bastante menores.Otro elemento es que son los propios bancos los que fomentan el uso de otros medios, debido al menor costo de procesamiento de las operaciones electrónicas.
Sin embargo, los analistas dicen que este documento no morirá, por el fuerte arraigo que tiene en la comunidad y porque existen segmentos de la población que mantienen su fidelidad al cheque, como las empresas que pagan a sus proveedores a través de este medio, y las personas más conservadoras, como los adultos mayores.