Frente al escenario de la convergencia tecnológica, nos encontramos ante un nuevo concepto la desagregación de redes. Es aquel cuyo objetivo es permitir que los nuevos operadores puedan acceder a las tecnologías y eventuales ventajas de costo de la empresa dominante. Con ello los nuevos operadores pueden buscar una mezcla de inversión en infraestructura propia e innovación y de uso desagregados de la red de la empresa dominante que les permita competir con dicha empresa utilizando aquellos elementos de la red a los que no pueden acceder de manera competitiva en el mercado. Elementos que pueden resultar esenciales para proveer servicios de telecomunicaciones.
Los fundamentos que motivan la desagregación de redes de telecomunicaciones de las empresas dominantes descansan en que de esta manera se puede estimular el acceso a más personas a la banda ancha y telefonía fija más competitiva. Esto se produce porque a través de la desagregación de redes la empresa dominante en telefonía local permite que los pequeños operadores que no poseen redes e infraestructura propia puedan tener un acceso a las economías de escalas necesarias para entrar a competir en el respectivo mercado. Otra ventaja es la posibilidad de igualar la oferta de los servicios de telecomunicaciones de la empresa dominante sin necesidad de invertir en las respectivas redes necesarias para desarrollar su actividad.
Para aquellos que defienden la desagregación de redes sostienen que sería imposible para las pequeñas empresas poder soportar el desarrollo de la infraestructura y redes necesarias para generar las redes trabajo que sería duplicar lo actualmente existente. Además, estas empresas no dominantes no tienen un sustituto necesario y económicamente que sea viable para a los elementos de la red, produciéndose un efecto cuello de botella para el ingreso de nuevos actores en el mercado de las telecomunicaciones.
Por lo que hemos visto, no es posible hablar de convergencia de la tecnología sin que la desagregación nos impacte, pues el fenómeno del crecimiento de las tecnologías requiere de la utilización de las redes para su masificación. Esto nos lleva a una situación de constante análisis a nivel nacional donde los problemas de regulación jurídica deben enfrentarse a este nuevo fenómeno convergente y que en nuestro país se encuentra en una etapa de discusión. El tema central en nuestra ley de telecomunicaciones es considerar si cada uno de los servicios telemáticos es susceptible de ser calificado como un servicio de telecomunicaciones entendiéndolo en un concepto tradicional y por tanto quedar regulado dentro de la esfera del respectivo marco jurídico. Al entrar en estos temas se hace necesario que el legislador asuma su obligación de establecer una normativa que se ajuste a las necesidades y características técnicas de los nuevos servicios para fomentar su desarrollo y competencia que permita a los consumidores acceder a buenos de servicios y a un bajo costo sin que se afecten los ya existente. De esa manera, con servicios a bajo costo se logrará masificar su uso y también permitir la inclusión a una parte de la sociedad que hoy no tiene acceso a los medios y herramientas que provee la sociedad de la información