Una vulnerabilidad representa un punto a través del cual es posible vencer la seguridad de un ordenador. Una vulnerabilidad es un fallo en la programación de una aplicación cualquiera, y que puede ser aprovechado para llevar a cabo una intrusión en el ordenador que tenga instalado dicho programa.
Generalmente, dicho fallo de programación se refiere a operaciones que provocan un funcionamiento anormal de la aplicación. Esta situación anómala puede ser producida artificialmente por una persona maliciosa para poder introducirse en un ordenador sin el consentimiento del usuario. En ocasiones, es suficiente con abrir un documento creado “artesanalmente” con ese fin específico.
Esto le permitirá al usuario malicioso realizar un gran abanico de acciones en el ordenador vulnerable, desde ejecutar ficheros hasta borrarlos, introducir virus, acceder a información, etc.
Aunque son más conocidas las vulnerabilidades asociadas a sistemas operativos, navegadores de Internet y programas de correo electrónico, cualquier programa puede presentar vulnerabilidades: procesadores de textos, bases de datos, aplicaciones de reproducción de archivos de sonido, etc.
Una vulnerabilidad no representa un peligro inmediato para el ordenador. Sin embargo, es una vía de entrada potencial para otras amenazas, tales como virus, gusanos, troyanos y backdoors, que sí pueden tener efectos destructivos.
Por ello, es altamente recomendable estar informado acerca de las vulnerabilidades descubiertas en los programas instalados y aplicar los parches de seguridad más recientes proporcionados por la empresa fabricante, accesibles a través del sitio web de la misma.
Algunos ejemplos de gusanos que aprovechan vulnerabilidades para llevar a cabo sus acciones son: Blaster, Bugbear.B, Klez.I y Nachi.A.