Nuestro país ha iniciado un proceso de transformación, el inicio de un proceso constituyente que defina los lineamiento de Chile para los próximo 50 años, a lo largo de nuestra historia, los textos constitucionales han sido el reflejo de épocas, desde las cartas fundamentales más representativas como la Constitución de 1833 o la de 1925 todas han dado estabilidad y adecuada a un entorno social y político. Hoy nos encontramos frente a un nuevo entorno, más digital, de transformación, de cambio de modelo de trabajo, de aprendizaje, en plena pandemia, hoy lo digital forma parte de nuestro entorno y nos desafía tomar acciones para prepararnos en un entorno más competitivo y también de colaboración para abordar el escenario mundial.
El año 2022 será un año en que retomemos muchas actividades que han estado detenidas desde finales del 2019 pero el mundo de hoy no se detiene, la inteligencia artificial sigue avanzando rápidamente, el comercio electrónico continua evolucionando, la educación online se consolida, las empresas requieren especialistas en ámbitos de ciencia de datos, blockchain se posiciona como una tecnología que no solo se vincula con los criptoactivos sino que puede ser útil en diversos sectores productivos. No podemos dejar de lado todo este nuevo ecosistema que se nos presenta, debemos tener presente en la elaboración de nuestra carta fundamental el reconocimiento de la protección de datos personales, considerar los efectos del ecosistema digital, dibujar un Estado moderno, flexible preparado para adaptarse a la transformación digital en el que estamos viviendo.
Esperemos que los nuevos Constituyentes no solo aporten su experiencia como ciudadanos en su quehacer diario sino que tengan la capacidad de dimensionar un texto constitucional que responda a los tiempos modernos permitiendo tener una Constitución que sea general y abstracto que consagre los derechos de las personas pero también sus obligaciones, que facilite un modelo de Estado que tienda hacia los servicios digitales que involucre la ciberseguridad y el resguardo de los datos de las personas y de la propiedad de las personas, avanzando hacia los derecho subjetivos como respeto constitucional.
Esta Constitución no solo debe ser para nuestra generación sino que también para las generaciones que vienen y es labor nuestra el preocuparnos que ella elaborada con mirada de futuro y no solo de presente.