La Web común (o 1.0) no permitía que los usuarios modificaran el material presente en la pantalla. Conforme a esta característica, se trataba de una plataforma “estática” cuyo control de contenidos estaba únicamente en manos del creador del sitio. Los primeros portales de noticias –pertenecientes a diarios y periódicos– fueron una muestra cabal de esta modalidad.Muy por el contrario, Web 2.0 es una aplicación dinámica, y prueba de ello son las bitácoras personales (o blogs) que posibilitan no sólo la publicación de material de todo tipo por parte del titular del espacio, sino también comentarios, enlaces y el envío de más información proveniente de quienes visitan el lugar.
Otros ejemplos de Web 2.0 son los álbumes de fotos online (o fotologs), espacios para publicación o descarga de música, o las plataformas que auspician la creación de foros temáticos. Se trata de arquitecturas que tienen en la cooperación entre internautas y desarrolladores a su principal pilar de éxito.