El gobierno estatal de Nueva Gales del Sur introdujo una normativa de vigilancia para prohibir el espionaje no autorizado sobre empleados usando tecnologías que incluyen el e-mail, las cámaras de vídeo y los dispositivos de rastreo, un asunto pionero en Australia.
“No toleramos que los empresarios sitúen ilegalmente cámaras en los vestuarios y los baños”, dijo el abogado general Bob Debus en un comunicado. “Asimismo no deberíamos tolerar que los empresarios sin escrúpulos fisgoneen en los emails privados de los trabajadores”.
Australia tiene una ley de privacidad nacional pero no cubre la vigilancia de emails.
Se prevé que la normativa se apruebe la semana que viene, dijo el portavoz del ministro. Las penas incluirán multas por valor de 5.500 dólares australianos (3.309 euros) para individuos, o 5.500 dólares australianos para cada director de una corporación.
Los sindicatos recibieron la ley como una victoria contra el “gran hermano” que vigila a los empleados, que dicen que ha aumentado en los últimos tiempos.
“El correo electrónico es la versión moderna del teléfono y creo que la mayoría de los empleados dirían lógicamente que sus teléfonos no deberían ser pinchados en el trabajo automáticamente, y creo que eso debería aplicarse a Internet”, dijo Bill Shorten, secretario del Sindicato de Trabajadores Australianos.
Australia, donde viven 20 millones de personas, tiene una de las tasas más altas de uso de Internet del mundo.
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